¿Le temes a las multitudes?
¿Ha sentido pánico ante la idea de salir o estar entre grandes
multitudes? ¿Ha llegado tarde deliberadamente a una reunión grupal
porque la idea de estar entre extraños le hizo entrar en pánico?
Si es así, es posible que tenga agorafobia.
Según la Asociación Estadounidense de Psicología, la agorafobia es un
miedo irracional excesivo a estar en lugares desconocidos, lo que
provoca que se eviten situaciones públicas de las que puede resultar
difícil escapar.
Sin embargo, la agorafobia no es solo pánico. También puede sentirse
como una abrumadora sensación de pavor o fatalidad. Que algo saldrá mal,
incluso si no es así.
Aunque la agorafobia es concomitante con los trastornos de ansiedad,
también puede ocurrir por sí sola. La agorafobia hace que evites lugares
o situaciones que te hagan sentir atrapado, indefenso o avergonzado,
como fiestas grandes, centros comerciales o transporte público.
Generalmente, la agorafobia es causada por un trastorno de pánico, pero
también hay otros síntomas. Por ejemplo, tener antecedentes familiares
de agorafobia, albergar otra fobia o ser víctima de abuso o trauma.
Es fácil combinar la agorafobia con otros tipos de fobias. Sin embargo,
la agorafobia es el miedo más que el miedo a. Por ejemplo, es posible
que una persona con agorafobia no quiera volar en un avión porque teme
que se desencadene o cause algo, mientras que alguien que es aerofóbico
no se subirá a un avión porque teme que se caiga. Las diferencias son
matizadas pero importantes.
Cuando se coloca en estas situaciones, es posible que sienta dolores en
el pecho, mareos, dificultad para respirar o sentimientos de irrealidad,
así como ansiedad generalizada. A veces, puede tener un ataque de
pánico. Independientemente de cómo se presenten los síntomas de la
agorafobia, probablemente harán que te arrepientas de salir de casa en
primer lugar.
Como alguien que conoce esta fobia más de lo que me gustaría admitir,
entiendo lo difícil que puede ser vivir con ella. Podría comenzar con
una cancelación ocasional de planes que, si no se controlan, pueden
intensificarse y mantenerlo confinado en casa.
Con suerte, existen algunas herramientas que pueden ayudarlo a enfrentar
sus miedos.
Terapia de exposición
La terapia de exposición es parte de la terapia cognitivo-conductual.
Te pide que enfrentes los miedos, lentamente. Por lo general, un
terapeuta lo expondrá a lo que teme mientras le enseña estrategias de
relajación. Esta técnica ayuda porque te hace reconocer que no estás tan
indefenso o vulnerable como crees. Si es así, entonces te entrena para
lidiar con esa vulnerabilidad.
Desensibilización sistémica
Otra buena herramienta es la desensibilización sistémica. La
desensibilización sistémica lo entrena para alejarse un paso de las
emociones abrumadoras que acompañan a sus miedos.
Toma de tierra
Otra buena técnica es la conexión a tierra. La conexión a tierra
funciona porque lo saca de su cabeza y lo lleva a su entorno o más cerca
de su ser físico. Practica concentrarte en tu respiración y sentir la
forma en que tus pulmones se expanden y contraen con cada respiración.
Otra forma es enfocarse en un color o elemento y ver cuántos de ese
elemento u objeto en particular puede encontrar en su entorno.
Técnicas de manejo del estrés
Algunas técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda y
la visualización, también pueden ayudarlo a dejar de lado sus miedos.
Dieta
Llevar una dieta saludable puede ayudar a mantener bajo control las
hormonas del estrés que generalmente acompañan a un ataque de pánico.
Tener una dieta nutritiva y hacer ejercicio puede prepararlo mejor para
manejar el estrés y la ansiedad.
La agorafobia puede sentirse paralizante al principio, pero armada con
conocimientos y guiada por un terapeuta con licencia, es tratable.
Comuníquese con un profesional con licencia para obtener más ayuda.